“De
la pérdida de apetito” es un monólogo cómico escrito en castellano antiguo, un
bululú (en palabras del propio autor) en verso en el que se amalgaman distintos
estilos: comedia en verso, clown, comedia dell arte (a la navarra), canciones a
lo Mundillo, etc.
Pablo
del Mundillo, cómico de los caminos, creó en una primera entrega de este
espectáculo un personaje de la picaresca que fue quedándose tuerto, medio
sordo, manco, cojo y sin un huevo debido a sus incontables desventuras. Su personaje
regresa a los escenarios, sin más miembros que perder, salvo Apetito, un mono
que siempre le acompaña. En su rocambolesca historia van apareciendo personajes
como Don Quijote de Navarra e Inaxio Panza, entre otros, todos interpretados
por un único actor.
Materiales
orgánicos, reciclados, pobres, gastados, pero llenos de vida adornan esta
historia en la que el ingenio es el ingrediente principal. Distintas máscaras,
túnicas polvorientas y palos son los instrumentos que Pablo va utilizando a lo
largo del montaje para meterse en la piel de distintos personajes o para
simbolizar animales, espadas y demás instrumentos.
Quedando
patente el cariño del público por este artista pamplonés y su personaje, menos
conocidos de lo que deberían, del Mundillo se nos gana con esta hilarante
función en la que saca todo de sí, y más sabiendo que es el autor, director y
único actor del montaje. El texto, con muy pocas escenas que decaigan la
intensidad de la atmósfera que se crea, está tremendamente estudiado y
trabajado. Se nota además la soltura con que el intérprete camina sobre él, sin
un solo error, por minúsculo que sea, y más sabiendo lo complicado y extenso
que es.
Es,
inexplicablemente, algo fuera de lo común hoy en día sobre unas tablas ver un monólogo
en verso de tipo cómico, y agradecemos al autor que nos ayude a no olvidar la
riqueza de nuestro idioma, y más todavía viendo cómo se usa actualmente en
otros monólogos o en nuestra vida diaria.
Además
de conocer el texto “al dedillo”, el actor se permite el lujo de improvisar,
casi siempre de forma divertidísima, con algunos espectadores que acaban siendo
engañados para formar parte de la función. El mono Apetito, por ejemplo, decayó
en un pobre espectador que tenía que hacer sonar una pandereta durante todo el
espectáculo; y otra chica cayó en las redes del actor y tuvo que besar al
tramposo.
En
pocas palabras, fue un espectáculo muy divertido y ameno para toda la familia,
con ciertas escenas desternillantes como la pose con la música de trompetas de
fondo al más puro estilo “Tío la Vara” de José Mota; o el conjuro con que, en
teoría, convencía a un moro de que lo había convertido al cristianismo.
Con
un público abarrotando el patio de butacas del Gayarre, fue una magnífica
ocasión de disfrutar, gratis, de la segunda edición del ciclo “El Bululú”, que
culminará el próximo lunes con el estreno absoluto de “Solitude (En soledad)”,
a cargo de Patxi Larrea.
Nota:
3,5/5
“De
la pérdida de Apetito”, de Pablo del Mundillo. Dirección e interpretación:
Pablo del Mundillo. Duración: 75 minutos.
Teatro
Gayarre, 30 de abril de 2012.
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