domingo, 30 de octubre de 2011

Mónica Naranjo - Madame Noir



Una diva odiosa y endiosada. Es el papel de Mónica Naranjo en su actual espectáculo, “Madame Noir”, con el que está recorriendo la geografía española y con el que dará el salto al charco el próximo año, con fechas ya programadas en Estados Unidos y América Latina. Pudimos verla anoche, sábado 29 de octubre, en el Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona. Con guión de la actriz Miriam Díaz-Aroca y acompañada de cuatro actores más, Mónica Naranjo parodia a las divas de los años 40 y 50, con sus manías y rarezas.

En el escenario piden silencio, se rueda. La diva entrará en escena. Para ello necesitan un cámara, al que sacan del público, para que ruede la película protagonizada por Madame Noir. Tras unos minutos, comienza a escucharse “Lágrimas de escarcha”, y la cantante aparece por un lateral del público, recorriendo el recinto hasta acabar en el escenario.

El repertorio de canciones es uno de los más oscuros nunca escuchados a la Naranjo, aunque también de los más complicados. Ha escogido los temas menos conocidos y más arriesgados de su repertorio para esta gira. La dificultad añadida es que sólo está acompañada en este concierto por un pianista; sin embargo, con lo virtuoso del mismo y la potente voz de la diva, parece que se está escuchando tocar a veinte músicos al unísono.

Tras otro breve pasaje teatral, continúa con “Miedo”, seguido por “Mi vida por un hombre”, en el que Mónica despliega todo su poder interpretativo y, sobre todo, vocal, arrancando al público de sus asientos, que la aplaudió durante casi cinco minutos ininterrumpidos en pie. La primera parte del espectáculo terminó con otra graciosa conversación con su maquillador (al que terminó insultando por confundirla y dejarla sin amigas, a pesar de que es un monólogo y el pobre actor, y propio maquillador de la cantante, no abre la boca) y “Para siempre”, el único tema escogido de su último trabajo discográfico, “Tarántula”.

Por supuesto, el rodaje no está marchando muy bien, por lo que el director necesita a otra persona del público, alguien que le haga tanto la pelota a la diva que ésta se sienta como en casa y pueda acabar la película, otorgándole un gran éxito. La cantante vuelve con otro vestuario para interpretar el tema en italiano “E poi”, en el que alcanza, como en casi cada canción, más de dos octavas en rango vocal y regalándonos unos saltos rapidísimos de más de una.

Otro breve pasaje teatral en el que la admiradora adulaba a la diva la preparaba para interpretar “Ahora ahora”, uno de sus temas con mayor connotación sexual que levantó de nuevo al público en pie; y el clásico jazzístico “Cry me a river”, modificado casi en su totalidad salvo por la letra. Es cierto que a Mónica Naranjo se la ama o se la odia, debido a su potente voz y a los constantes cambios que la misma ofrece. En el tema “Cry me a river”, parecen cinco cantantes sobre el escenario, la voz natural de Mónica, otra completamente nasal, otra rasgada a más no poder, y otra con timbres operísticos de contralto y, por supuesto, soprano.

Después de otro hilarante pasaje teatral, en el que una persona del público no dejaba de mirar a la diva y le estaba robando su energía, suceso que lógicamente había que solucionar poniéndole una graciosa peluca larga al revés al espectador, llegaba el turno para otro tema en italiano, “E penso a te”, en el que Mónica se metió entre el público, y comenzó a seducir a dos espectadores, sentándose en sus rodillas. Tras esta graciosa interpretación, volvía al escenario para cantar “Enamorada”, tema de su disco “Minage”, para ofrecer otro absurdo monólogo, esta vez con otra compañera muda de reparto, y para finalizar la segunda parte de la función, con “Abismo”, que anticipaba la decadencia de la diva.

Otro largo pasaje teatral, en el que se buscaba a una tercera y última persona colaboradora del público, un paparazzi, que de nuevo adule a la diva para que el rodaje finalice algo mejor de lo que está resultando, nos adentraba en “Insensatez”, probablemente la interpretación más graciosa de la noche. El tema lo grabó en álbum-tributo a Brasil, “Samba pa ti”, y tras los primeros versos, “se veía obligada a parar” y meterse de lleno en el personaje, pues no encontraba su esencia. Aquí llegaba lo absurdo, pues entre verso y verso nos deleitaba con unos tremendos bailes discotequeros, a pesar de ser la canción un tema más bien pausadillo.

Ése constituía el último éxito de la diva en la película, pues ya está enferma y con un breve monólogo comenta cuándo y dónde va a morir, en Buenos Aires. Interpreta entonces “Balada para mi muerte”, interrumpida casi al final cuando la diva, enferma, cae al suelo desmayada.

“La soledad es el peor castigo”, dice cuando despierta y ve que no hay nadie para socorrerla, que está sola y todo el escenario ha sido retirado. Sólo el pianista se encuentra en escena, que tras descubrir una partitura perdida en el suelo, toca las primeras notas de un tema bien conocido por todos, el “Nessun dorma”, de la ópera Turantot de Puccini. Mónica lo interpretó como nadie esperaba, y antes de que finalizara el último “vincero”, todo el mundo ya estaba en pie aplaudiéndola, ovación que duró casi diez minutos.

Si hemos de reseñar algo del espectáculo en el que nos quedábamos más fríos, quizá fueron las partes teatrales, excesivas para ser un concierto, y algo repetitivas como para resultar graciosas después de unas cuantas (hay alrededor de diez pasajes teatrales). La connotación sexual y, en ciertos pasajes, escatológica del espectáculo hacía aflorar la risa floja en diversos momentos, sin que éstos tuvieran excesiva gracia.

Se echaba de menos, como decimos, algún tema más, pues en dos horas y cuarto que duró el espectáculo, Mónica sólo interpretó trece canciones. Aun así, y en conjunto, la función resultaba de lo más entretenida y de lo más impresionante cuando la diva se ponía a cantar. Si vuelve, volveremos.

domingo, 23 de octubre de 2011

Se estrena "El Rey León"



Por fin, llegó el día. El esperado musical “El Rey León” ya ha aparcado su montaje en la Gran Vía madrileña, en el Teatro Lope de Vega, el mismo en el que, hasta hace unos meses, pudimos disfrutar de otro de los montajes más espectaculares que ha pisado este país, “Los Miserables”.

En esta primera y única versión que llega a España de “El Rey León” adaptada por el gran Jordi Galcerán, trabajan 53 actores, 21 músicos, 16 personas dedicadas al vestuario, 6 de maquillaje y peluquería y así hasta un total de 130. Diez millones de euros se han invertido en el proyecto, incluida la necesaria renovación del Lope de Vega.

De hecho, según la productora, harán falta no menos de dos años para hacer rentable este espectáculo, que sólo podrá verse en Madrid. De momento, ya antes del 19 de octubre (su estreno) se habían vendido casi 100.000 localidades.

Coincidiendo con el estreno del musical de Disney, han aparecido multitud de críticas, casi en su totalidad muy favorables. Os mostramos algunas:

Isra Álvarez, de 20 minutos, dice: “A pesar del alto precio de las entradas, merece la pena ahorrar para darse el gustazo de emocionarse con una historia que, lejos de perder, gana en intensidad con el montaje en directo y sobre las tablas de un teatro. La producción es sencillamente insuperable. El musical sigue fielmente el guión y la banda sonora de la película y apenas se permite unas pocas licencias escenográficas. Los amantes de la película disfrutarán reconociendo cada escena.

La recreación del mundo animal es espectacular, con inmensos especímenes que se mueven con sorprendente agilidad y realismo. El vestuario supone una obra de arte en sí mismo, de hecho, las máscaras, animales y demás aparejo es objeto de una exposición propia.

El elenco está a la altura de la producción, en el que destaca la labor de los pequeños actores, los niños que dan vida a Simba y Nala, que hacen, a su corta edad, un trabajo impecable. Geniales la música en directo, la percusión, la escenografía… No puede esperarse al final para empezar a aplaudir”.

Sin embargo, también hay hueco para algún achaque negativo por parte de otros críticos, como Miguel Ayanz, de La Razón: “Es difícil no emocionarse ante la grandiosa teatralidad impregnada de esencia africana del arranque de este musical: los quince minutos de “El ciclo vital” resumen la aventura iniciática del protagonista y merecen por sí solos estar en la historia del teatro. (…) Lo malo de las expectativas, y de un arranque así de contundente, es que es difícil mantener el listón al mismo nivel durante todo el montaje”.

Esperamos tener suerte y poder asistir y hacer una crítica desde este blog algún día, ya que, según dicen, les encantaría poder mantenerse en la cartelera madrileña dos, tres, cinco o diez años si hace falta. Si de momento han vendido tanta entrada y las críticas por parte de público y periódicos son tan buenas, no les será nada complicado.

jueves, 20 de octubre de 2011

Caraband - Nostalgic Waltz



El pasado lunes 17 de octubre tuvimos la oportunidad de disfrutar de uno de los conciertos del grupo navarro Caraband, a los que tenemos el honor de conocer personalmente. Ocurrió en el Civivox de San Jorge en Pamplona, en el que presentaron su primer trabajo, “Nostalgic Waltz”.
Se trata de un grupo de jazz, cuyo director, Carlos Arriezu, es también el compositor y letrista (en inglés, que no tiene poco mérito) de todos los temas (“Nostalgic Waltz”, como decimos). Ya disfrutamos del concierto de presentación del álbum en el Teatro Ideal de Calahorra hace unos meses, y en cuanto nos enteramos de que volvían a tocar por estas inmediaciones no dudamos ni un momento en asistir para verlos de nuevo.

El espectáculo ha ido modificándose a medida que el grupo ha conseguido actuaciones por la zona. De ese modo, aquél de presentación que vimos contaba con la mayoría de las canciones del disco, mientras que esta vez se ha optado por dividir la lista de temas entre las incluidas en el álbum y otras nuevas composiciones de Arriezu u otros clásicos de los que ahora hablaremos.

El concierto se abre con un instrumental “Giant steps”, con el que los intérpretes nos van adentrando en el estilo que mejor conocen. Tras esta introducción, la banda pasa automáticamente a interpretar “Knight hero of 21st Century”, ya con la colaboración de su actual vocalista, Puri Santamaría, hacia la que sólo tenemos halagos. Como demuestran, no hay necesidad de presentar muy a fondo las canciones, pues es cierto que no son conocidas (de momento). Sin embargo, esto no es razón para argumentar que dichos temas sean peores en calidad que otros compuestos por alguien con más experiencia en el mundillo, ya que consiguieron transportarnos durante hora y cuarto a un estado de tranquilidad del que nos costó bastante salir una vez finalizó su recital.

Poco después vino “Tears in your eyes”, otra de las canciones del disco, un estándar tranquilo con un precioso solo de Iván San Miguel, contrabajo, que fue animándose con los dos siguientes temas, “Understand up” (con el que explican lo que el jazz significa para ellos) y “Always”. De ésta última nos sorprendió muy gratamente el estribillo, uno de los más bonitos y agradables (sin desmerecer a ningún otro) de todo el recital.

Continuaron con el tema que da título al proyecto, “Nostalgic waltz”, un número extremadamente complicado vocalmente (o eso nos pareció), con muchos saltos y diferencias armónicas en el acompañamiento que hacían de la canción una de las más completas de la noche, pues contrasta, en tan sólo cinco minutos, momentos más animados con otros más calmados. Aunque el ritmo (la velocidad) no cambie, sí que el apoyo de la batería hace que, dentro de una misma canción, parezca que escuchas tres distintas. La letra es un sentido recuerdo y homenaje hacia esos años de infancia en los que experimentábamos por primera vez con todo tipo de cosas.

A continuación, vino uno de los momentos más especiales del concierto, en el que sólo piano y voz interpretaron el clásico tradicional irlandés “Danny boy”, tema al que, desde este blog, tenemos especial cariño desde que hace unos cuatro años escucháramos la versión de la fallecida Eva Cassidy, el cual nos ha arrebatado más de una lágrima. Fue una sorpresa muy grata el escuchar dicho clásico rearmonizado hacia el jazz por Carlos e interpretado por Puri.

Tras presentar a los cinco músicos que componen el grupo, encaminaron la segunda etapa del concierto hacia un estilo más movido, con los dos siguientes temas, “Easy joy” y “Five”, ambos excelentes. Sobre todo éste último mostraba una gran diferencia (hacia mejor) con respecto a la grabación del disco debido al apoyo que los músicos otorgaban a la voz, con ese 5 por 4 tan típico del jazz más marcado, principalmente por batería y bajo.

Tras “Summer nights”, con el que Alberto Arteta, el saxo, se lució a más no poder, vino “Blues at the bridge”, con un scat bastante importante por parte de la vocalista. Y casi para finalizar, nos deleitaron con “Cowboy”, el número más marchoso del concierto y que, pensamos, contiene en su letra una dedicatoria muy especial.

Por último, despidieron este completo recital con “My solitude”, uno de las composiciones incluidas en “Nostalgic waltz”, con el que Carlos Arriezu, pianista del concierto y, como decimos, compositor de todos los temas, pudo dejarnos con la boca abierta a todo el personal con el fantástico solo de piano que interpretó como introducción. Como colofón, su hermano, el batería Joselu Arriezu nos otorgó otro de esos solos que recordaremos por mucho tiempo, antes del estribillo final, que cerró el concierto.

Poco queda por decir, salvo felicitar a cada uno de los músicos por el disco y el espectáculo y que, esperamos, sean sólo un comienzo de los muchos encuentros que tengamos a partir de ahora.

(Pedimos disculpas si hemos confundido el título de alguno de los temas, pero no podemos comprobar su verdadero nombre en ningún sitio, al ser nuevas composiciones.)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Carlos Latre - "1+1=No son 2"


El que seas buen imitador, no te exime de preparar “un poquitín” tus espectáculos. Es la frase que resumiría, para nosotros, el espectáculo de Carlos Latre y Xavier Deltell, “1+1=No son 2”. Puede que suene un poco brusca la primera premisa que escribimos, pero procuraremos argumentarla…

Hace un par de semanas nos topamos en una tienda de compra/venta de discos y películas de segunda mano con un dvd del primer espectáculo de Carlos Latre, por un módico precio de 0,95€. El show se estrenó en septiembre de 2002 y finalizó en julio de 2003, con gran éxito de público y crítica (dice el panfleto).

No queremos desmerecer el trabajo ni la carrera profesional de Carlos Latre, pues probablemente sea (y para nosotros también lo es) el mejor imitador que ha dado este país, pudiendo encarnar, y lo hace en el show, a más de 150 personajes. Sin embargo, se echa de menos algo de escenografía, que tenga un poco más de continuidad la función o, simplemente, que “pase algo” mientras se cambia las pelucas.

Parece una tontería, pero entre personaje y personaje se crea un silencio incómodo que bien podría rellenarse reproduciendo cualquier tipo de música, no es más. En ese sentido, un poco más de decorado o escenografía despistaría positivamente al espectador durante esos segundos. La impresión que se nos queda es, y probablemente no sea así, que el espectáculo es en gran medida una improvisación y que los espectadores han pagado una entrada (no barata, probablemente) para ver una función que no está lo suficientemente preparada.

Es el principal fallo que podemos verle, pues no debemos olvidar que no es un monólogo cualquiera el que Latre nos presenta, sino la conjunción de una serie interminable de personajes carismáticos de nuestro país, cuyas voces clava sin problema.

La función se divide en diversos segmentos, dependiendo de los personajes a imitar, véase “Operación Triunfo”, “Gran Hermano”, “Hotel Glam”, “Bricomanía”, Torrente, Bea la Becaria… Hay también un segmento dedicado al fútbol, los “Ratones coloraos” de Quintero (con el que pasan casi 10 minutos sin decir palabra), todo ello bajo la batuta de la maestra de ceremonias, la Pitonisa Lola (que también es Latre vestido de negro con una peluca rubia, claro)…

Termina el show con una trepidante sucesión de imitaciones, que para nosotros, supone una de las mejores partes del mismo, pues son cortas, sin espacio entre ellas (salvo para aplaudir, merecidamente, en bastantes ocasiones) y donde Latre se luce más que en el resto de la función.

Es algo complicado de explicar cuando hablamos de esas situaciones en las que debería rellenarse el tiempo entre imitación e imitación, pues puede que sea sólo a nosotros a quien no nos hace gracia el show, y es asimismo posible que esos momentos supongan una experiencia desternillante para otras personas.

Todo se resume con el planteamiento de que sólo con la voz resulta complicado imaginarse a los personajes imitados, si con tu cuerpo no apoyas en una mínima parte a la caracterización de esa persona. Por eso agradeceríamos algo de vestuario (o un biombo, qué menos) que ayudara en la imitación, y no tanta cantidad de voces, de las que al final muchas parecen repetidas (a pesar de estar imitando a personajes distintos). Puede llegar a cansar, aunque repetimos que hablamos de una opinión personal.

Si recalcáramos algo que nos gustó especialmente del espectáculo, son justo las escenas eliminadas del espectáculo que aparecen en los extras (qué casualidad, suele pasar). En este caso, la parodia de “Cine de barrio”, “Escándalo” imitando a Raphael (el inigualable, dicen) o sobre todo, la imitación de Llongueras hablando del peinado de la Duquesa de Alba son los momentos que consiguieron arrancarnos más de una sonora carcajada.

Recordamos que estamos hablando del primer espectáculo con el que Latre giró por toda España, y que desde aquél muchos otros shows ha podido ofrecernos, seguramente aprovechando más recursos económicos que le ayuden a moldear mejor sus representaciones.


Nota: 1,5/5
"1+1=No son 2", de Carlos Latre. Reparto: Carlos Latre. Dirección: Carlos Latre. Duración: 90 minutos.

martes, 11 de octubre de 2011

Se estrena "Más de 100 mentiras"




Probablemente, uno de los estrenos más esperados de la presente temporada teatral madrileña sea el musical basado en las canciones de Joaquín Sabina: "Más de 100 mentiras". Estrenado el pasado 6 de octubre, ya ha recibido una notable acogida tanto de público como de crítica.

Los personajes que componen la función están inspirados en aquellos nacidos en las canciones del cantante, y es un thriller de amor, comedia y deseo. En concreto, narra la historia de cuatro amigos, tres chicos y la mujer de la que dos de ellos se enamoran, que se vuelven a reunir tras una etapa de ingreso en prisión de uno de ellos, Tuli. La pandilla quiere vengar al quinto miembro, Samuel.


El musical, de tres horas de duración, despliega más de 25 canciones del artista de Úbeda, la mayoría de sus discos más célebres: "Física y química" y "19 días y 500 noches".  

Entre los actores que forman el elenco del musical, se encuentran Juan Pablo di Pace, Guadalupe Lancho, Víctor Massán, Álex Barahona, Diego París, Juan Carlos Martín, Marta Capel o Felipe García Vélez.

Las expectativas creadas son grandes, pues piensan, con el montaje, cruzar el charco una vez 
éste quede completamente asentado en España. Su mayor deseo, dicen, sería actuar en América, Argentina y México, lugares en los que Sabina ha cosechado un buen número de grandes éxitos.

Sin embargo, no todas las críticas son buenas, sino que la revista Rolling Stone, que señala que lo que falla en la función es la trama en sí, el argumento, el "casi todo", al que denominan "demasiado pueril" como para resultar trágico y sin un elemento cómico de peso. La trama, dicen, se hace pesada e inverosímil, lo que restsa mucha fuerza a la obra, donde el diálogo goza de más relevancia que las canciones, y crea silencios donde debería haber risas.

De momento, seguirá en el Teatro Rialto de Madrid unos meses más cosechando, esperemos, muchos éxitos.

lunes, 10 de octubre de 2011

Concha: Yo lo que quiero es bailar



“Mamá, quiero ser artista” es la canción que abre el nuevo espectáculo de Concha Velasco, “Concha: Yo lo que quiero es bailar”. Se trata de un monólogo autobiográfico musical en el que la actriz y presentadora hace un macro repaso por su vida y su carrera, canta sus grandes éxitos y narra algunos de los textos más famosos a los que ha tenido que enfrentarse.

Así, con casi 72 años, Concha narra, durante dos horas sin descanso, sus experiencias personales en los teatros de toda España, desde que con 10 años actuara por primera vez encima de un escenario.

Pudimos disfrutar de la última función, antes de su estreno oficial en Barcelona esta semana, en el Teatro Gayarre de Pamplona el pasado 9 de octubre. La dirección corre a cargo de José María Pou, con quien Concha ha creado, sin quererlo, un tándem debido al gran éxito de su anterior obra juntos, “La vida por delante”, con la que la Velasco se mantuvo de gira durante más de dos años.

Con más de 100 películas a sus espaldas, otro montón de obras de teatro y musicales y más de 50 años sobre las tablas, es casi un pecado no admitir que Concha Velasco es una de las grandes damas de la escena española. Ello queda presente en esta nueva función, en la que es admirable no sólo lo extenso de su carrera, sino el aguante y la vitalidad con que, pasados los 70, puede ella sola llenar un teatro y actuar sin un solo minuto de respiro durante dos horas.

“Mamá, quiero ser artista”, “Nada”, “El día de los enamorados”, “Las chicas de la Cruz Roja”, “Carmen Carmen”, “Desfilar”, “La primavera miente”, “Sigo aquí” o “La chica ye-ye” son sólo algunos de los temas que la actriz interpreta en este espectáculo, pudiendo chulear de que, con 72 años, todavía sigue teniendo una voz inconfundible. Hay críticos que mantienen que no tendría que tenerse en cuenta la edad de los intérpretes (ni positiva ni negativamente) a la hora de calificar como buena o mala sus interpretaciones, pero en este caso creemos que dicha afirmación, con todo el respeto, es una gran tontería. El hecho de que una mujer que ya tiene nietos pueda enfrentarse a un texto así, cantar y bailar durante, repetimos, dos horas, es admirable.

Por reseñar sólo algunos de los pasajes más divertidos de esta carismática actriz y su nuevo trabajo, es una joya su experiencia con el azucarero en la obra “Buenas noches, madre”, obra que interpretó con Mary Carrillo, otra de las grandes. Cuenta cómo, a pesar de ser muy buenas amigas, encima del escenario eran dos lobas dispuestas a perjudicar como fuera a la otra de tal forma que sólo una de ellas pudiera llevarse todos los aplausos.

Otra de las anécdotas divertidas de la función se centra en “La noche en que no ganó el Goya”. La Velasco narra cómo, nominada por su trabajo en “Más allá del jardín”, se puso en pie antes de que se diera el nombre de la ganadora. Lógicamente (si no, no tendría gracia el asunto), no fue ella, sino Emma Suárez (por “El perro del hortelano”), quien ganó finalmente, pasando Concha un bochorno increíble.

Además, sentenció que al contrario que el resto actores que utilizan métodos conocidos a la hora de meterse en la piel de un personaje, como puede ser el famoso Stanislavski, ella, a lo largo de su carrera, no ha sido otro sino el Staniswhisky, el que más ha utilizado.

Muchas de sus anécdotas muestran lo complicado que es ser actor (y sobre todo lo complicado que lo era cuando ella empezó, antes de los años 60), cómo la envidia corroe las entrañas de muchos intérpretes, dispuestos a cualquier cosa con tal de llevarse el mérito y los aplausos, o cómo, incluso, es la única profesión en la que los trabajadores están dispuestos y encantados de trabajar (valga la redundancia) durante más rato sin necesidad de cobrar mayor cantidad de dinero que los secundarios.

¿Cuál puede ser el principal inconveniente de esta función? No es un caso de Sherlock Holmes, sino que está más bien clarito: el público a quien va dirigido. La gente joven asidua al teatro puede sentirse atraída a asistir a montajes de ficción interpretados por Concha Velasco porque han oído que es buena actriz, como pueden ser los dos últimos textos que ha interpretado (y a los que hemos podido asistir): “La vida por delante” y “Filomena Marturano”. Sin embargo, para dicha juventud que no ha seguido toda la carrera de la artista, el ir a una función en la que una mujer de más de 70 años canta y habla de sus “batallitas”, puede no resultar una premisa lo suficientemente atractiva.

Es cierto que no es la obra de teatro más divertida del mundo, ni la que más se recordará de aquí a unos años (a pesar de que seguro se mantendrá en cartel varios meses por lo menos), pero desde luego sí que se pasan dos horas bastante agradables escuchando la historia y la carrera de una de las actrices de más éxito en el teatro, el cine y la televisión de este país.


Nota: 3,5/5
"Concha, yo lo que quiero es bailar", de José Mª Pou. Reparto: Concha Velasco. Dirección: José Mª Pou. Duración: 115 minutos.
Teatro Gayarre, 9 de octubre de 2011.

viernes, 7 de octubre de 2011

El Sueño de Nunca Jamás


Esta semana nos vemos obligados a hablar de un montaje muy especial para muchas personas, entre las que, por supuesto, nos incluimos, debido a los vínculos que nos atan con actores, músicos y grupo en general. Se trata de “El Sueño de Nunca Jamás”, un musical basado en la historia original de James Matthew Barrie, Peter Pan. Acaba de finalizar su segunda etapa de representaciones este fin de semana, los días 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre en el Teatro Ideal de Calahorra (La Rioja).

“La segunda a la derecha y luego sin parar hasta el amanecer” es la dirección de Peter Pan. Y es que él no vive en una casa típica, ni lleva una vida común. Ante la perspectiva de un futuro lleno de obligaciones y responsabilidades que le esperaría cuando creciera, Peter decidió irse a vivir con las hadas al País de Nunca Jamás, donde permanecer eternamente como un niño.

Un día, buscando su sombra rebelde, Peter conocerá a Wendy y a sus hermanos. Contagiados por su desbordante entusiasmo decidirán seguirlo al País de Nunca Jamás, y vivir una maravillosa aventura. Un mundo de sirenas cantarinas, de indios amigables, de niños perdidos como Peter o de malvados piratas que surcan sus aguas.

Un viaje lleno de magia e ilusión, sembrado de hermosos mensajes. Las hadas de Nunca Jamás mueren si nadie cree en ellas, tal es su fragilidad. Porque los sueños hay que perseguirlos o desaparecen. Porque creer con todas las fuerzas en un sueño significa ver las cosas con alegría y optimismo, ver la vida con renovada esperanza. Volver a ver todo, en definitiva, con los ojos de un niño.

Los actores son (somos, y me incluyo bien orgulloso) integrantes del grupo de teatro Tagaste, nacido en el Colegio San Agustín de Calahorra hace casi quince años, y comprende gente de 5 a 65 años. La Banda de Música Maestro Arroyo, bajo la batuta de Eduardo Peña, y el grupo Caraband, capitaneados por Carlos Arriezu, aportan los instrumentos a esta producción, y crean el ambiente imprescindible para que la acción se desarrolle en cada momento como debe.

En total, 155 personas forman el conjunto de este sueño, que tras dos años y cinco meses de ensayo vio la luz el pasado junio de 2011, con gran éxito de crítica y público, tanto, que las 1500 localidades que salieron a la venta fueron vendidas con extrema rapidez, algo no visto nunca en el Teatro Ideal hasta la fecha. Hemos de recordar que Calahorra, contando con algo más de 20.000 habitantes, no tuvo teatro hasta verano de 2006, y debido al reducido tamaño de la ciudad, no puede ofrecerse mucha oferta. Tristemente, la oferta de calidad que pasa esa barrera no logra tener un precio tan reducido que atraiga al recinto a espectadores no asiduos al teatro.

Volviendo a lo que nos concierne, no cansamos de repetir que se trata de una obra muy especial para todos, pues ha sido el grupo de teatro aficionado, sin que ello se vea como algo peyorativo, quien se ha encargado de todo el espectáculo, desde la elaboración del guión, hasta la construcción del escenario y decorados, pasando por las coreografías o partituras, por nombrar sólo algunas de las muchas esferas de las que han tenido que encargarse.

Estaba claro que el proyecto debía seguir adelante, y por ello sus dirigentes, Javier Gutiérrez (director de la obra) y Arantxa Marín (coreógrafa y actriz de “El Sueño de Nunca Jamás”) han trabajado incansablemente un género que hasta el momento desconocían: el musical. Sin embargo, no todo han sido dificultades. El hecho de tener niños en el montaje, y que el grupo de teatro nazca en el seno de un colegio (algo que para muchos puede recordar a la mítica obrilla de Navidad con sus pastores y el nacimiento de Jesús), no siempre viene mal, pues la ayuda externa de padres, conocidos o antiguos alumnos ha sido esencial para levantar la función.

Si bien es cierto que la compra de entradas se ha visto muy impulsada por familiares o amigos de los participantes (y recordamos que son 155 personas las que actúan), no es algo habitual ver en la ciudad de Calahorra tanta expectación por un evento de estas características. De hecho, 25 horas antes de que se pusieran a la venta ya había gente haciendo cola para comprar el máximo de localidades posibles, lo que dificultó la posibilidad de que cada vez más gente, y variada, pueda disfrutar del montaje.

El musical, de dos horas y media aproximadas de duración, cuenta con música y voces en directo, coreografías medidas al milímetro y escenarios tremendamente estudiados, por reseñar algunos de los aspectos técnicos que distinguen este montaje de cualquier otro aficionado.

Aunque no deberíamos, “nos damos un permiso”, como dice una canción del espectáculo, para reseñar dos partes de la función ante las que no podemos evitar quitarnos el sombrero. Son los niños y los piratas. Los niños, de extremada corta edad para las escenas que interpretan, tienen sus movimientos medidos al segundo y al milímetro, de tal forma que saben qué elemento deben aportar a la escenografía, qué frase decir o qué movimientos hacer, en ocasiones al unísono (y todo con el telón abierto), para que la escena quede perfecta.

Los piratas, por otra parte, aportan otro de los toques de humor a la obra, encandilando tanto a niños y a mayores, e interpretando sus papeles de tal forma que varios niños salían tras la primera parte de la obra aterrados de sus butacas. Luego volvían, descuidad…

No queremos desvelar ningún aspecto más del musical, pues es bastante probable que vuelva a repetirse en un futuro no muy lejano en el mismo Teatro Ideal de Calahorra o en otros a cuyos oídos haya llegado el éxito conseguido o las palabras de agradecimiento y felicitación de muchos espectadores.

Aun así, queremos, desde este blog, y personalmente, dar las gracias una vez más a cada uno de los 155 integrantes por haber compartido la magia que nos envuelve en los ensayos y en las representaciones, por tantas noches sin dormir invadidos por las emociones y los nervios (buenos, siempre buenos), por haber conocido a tal cantidad y variedad de gente nueva, siempre dispuesta a ayudar, y por recordar que los sueños, cuando se elaboran con ilusión y empeño, aunque sólo sea en contadas ocasiones, pueden cumplirse.


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Para quien le interese, hay una crítica preciosa siguiendo este link.
http://desdeunrincondesanadrian.blogspot.com/2011/10/yo-creo-en-las-hadas-historia-de-como.html