Somos
de la opinión de que aunque los montajes teatrales pierden mucho si no se
disfrutan en directo, deberían comercializarse en vídeo para quien no hubiera
tenido la oportunidad de verlos en su momento. Es una pena que se pierdan con
el tiempo, aunque por otra parte, que el teatro sea un arte tan efímero también
lo embellece.
Hemos
podido rescatar “Llueve en Barcelona”, la producción del Centro Dramático
Nacional, de la temporada de 2008/2009 protagonizada por la joven María
Valverde, Toni Cantó y Víctor Clavijo. La crítica se portó muy bien con este
texto de Pau Miró, aunque a nosotros nos dejara algo fríos, y nos pareciera
algo incompleto.
Es
una función de personajes al límite. En concreto, se trata de una prostituta,
su “chulo” y un cliente (cuya esposa atraviesa una enfermedad terminal) que
requiere los servicios de la chica para encontrar consuelo y algún resquicio de
la compañía perdida e irrecuperable. Son personas sin esperanza, a las que no
les puede ir peor, pero que por fin encuentran ese halo de luz que tanto ansiaban,
o algo así…
Mediante
escenas cortas, se desgranan las fragilidades de este trío indefenso,
habitantes de un mundo consumista, hueco y deshumanizado. Estas inseguridades,
para nuestro gusto, están tremendamente desaprovechadas, para lo bien elegidas
que están las tres personalidades. Los abundantes silencios y miradas que se
utilizan, demasiados, deberían sustituirse por claras confesiones de los
protagonistas, desnudándolos emocionalmente en un tour de force interpretativo
que queda muy descafeinado.
Los
tres actores comprenden, si es posible, los infiernos de sus personajes, pero
no los vemos bien construidos al completo. Lali (María Valverde) compone una joven
tierna, ingenua, con ganas de aprender. Esas son las características de su
personaje, y se aprecian. Lo que sobra son los saltos, los gritos, el correr de
aquí para allá para coger cualquier objeto, pues resta credibilidad a su
interpretación. Se trata de una prostituta, no de una niña de diez años.
Carlos
(Víctor Clavijo) también muestra los celos que requiere su papel, sus miedos
ante lo desconocido de la vida, su fragilidad oculta bajo la fiera externa.
Falla tanto grito en las discusiones con la chica, pues aunque aumentan positivamente
la tensión en algunas escenas, provocan también, sin quererlo, que otras no
luzcan lo que deberían.
Quizá
el más acertado sea David (Toni Cantó), sin que nos haya parecido nunca un
actor que interiorice demasiado sus personajes. Es un personaje basado en la
contención, en no querer mostrar su angustia e impotencia por la enfermedad de
su esposa ante nadie, en querer encontrar consuelo “educando” a una niña sin
oportunidades.
El
final no puede ser más amargo, con ese personaje que hasta entonces veíamos
honesto e incluso esperanzador para Lali, mostrándose como un monstruo más, dejándose
dominar por el poder del lucro y de la posesión, tanto moral como física, lo
que tiñe el final de la obra de un pesimismo atroz, sin posibilidad a la
esperanza. Es un triste planteamiento, distinto al que acostumbramos, pero totalmente
aceptable, faltaba más. Aquí está bien construido, aunque en conjunto quizá le
falte algo de metraje al montaje de forma que puedan explicarse mejor las
situaciones y se interiorice en mayor medida en el mundo de los personajes, que
seguro acabarían dando mucho más juego del que tristemente dan.
Nota:
2,5/5
“Llueve
en Barcelona”, de Pau Miró. Reparto: María Valverde, Víctor Clavijo, Toni
Cantó. Dirección: Francisco Saponaro. Duración: 70 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario