viernes, 25 de mayo de 2012

Llueve en Barcelona



 Somos de la opinión de que aunque los montajes teatrales pierden mucho si no se disfrutan en directo, deberían comercializarse en vídeo para quien no hubiera tenido la oportunidad de verlos en su momento. Es una pena que se pierdan con el tiempo, aunque por otra parte, que el teatro sea un arte tan efímero también lo embellece.

Hemos podido rescatar “Llueve en Barcelona”, la producción del Centro Dramático Nacional, de la temporada de 2008/2009 protagonizada por la joven María Valverde, Toni Cantó y Víctor Clavijo. La crítica se portó muy bien con este texto de Pau Miró, aunque a nosotros nos dejara algo fríos, y nos pareciera algo incompleto.

Es una función de personajes al límite. En concreto, se trata de una prostituta, su “chulo” y un cliente (cuya esposa atraviesa una enfermedad terminal) que requiere los servicios de la chica para encontrar consuelo y algún resquicio de la compañía perdida e irrecuperable. Son personas sin esperanza, a las que no les puede ir peor, pero que por fin encuentran ese halo de luz que tanto ansiaban, o algo así…

Mediante escenas cortas, se desgranan las fragilidades de este trío indefenso, habitantes de un mundo consumista, hueco y deshumanizado. Estas inseguridades, para nuestro gusto, están tremendamente desaprovechadas, para lo bien elegidas que están las tres personalidades. Los abundantes silencios y miradas que se utilizan, demasiados, deberían sustituirse por claras confesiones de los protagonistas, desnudándolos emocionalmente en un tour de force interpretativo que queda muy descafeinado.

Los tres actores comprenden, si es posible, los infiernos de sus personajes, pero no los vemos bien construidos al completo. Lali (María Valverde) compone una joven tierna, ingenua, con ganas de aprender. Esas son las características de su personaje, y se aprecian. Lo que sobra son los saltos, los gritos, el correr de aquí para allá para coger cualquier objeto, pues resta credibilidad a su interpretación. Se trata de una prostituta, no de una niña de diez años.

Carlos (Víctor Clavijo) también muestra los celos que requiere su papel, sus miedos ante lo desconocido de la vida, su fragilidad oculta bajo la fiera externa. Falla tanto grito en las discusiones con la chica, pues aunque aumentan positivamente la tensión en algunas escenas, provocan también, sin quererlo, que otras no luzcan lo que deberían.

Quizá el más acertado sea David (Toni Cantó), sin que nos haya parecido nunca un actor que interiorice demasiado sus personajes. Es un personaje basado en la contención, en no querer mostrar su angustia e impotencia por la enfermedad de su esposa ante nadie, en querer encontrar consuelo “educando” a una niña sin oportunidades.

El final no puede ser más amargo, con ese personaje que hasta entonces veíamos honesto e incluso esperanzador para Lali, mostrándose como un monstruo más, dejándose dominar por el poder del lucro y de la posesión, tanto moral como física, lo que tiñe el final de la obra de un pesimismo atroz, sin posibilidad a la esperanza. Es un triste planteamiento, distinto al que acostumbramos, pero totalmente aceptable, faltaba más. Aquí está bien construido, aunque en conjunto quizá le falte algo de metraje al montaje de forma que puedan explicarse mejor las situaciones y se interiorice en mayor medida en el mundo de los personajes, que seguro acabarían dando mucho más juego del que tristemente dan.

Nota: 2,5/5
“Llueve en Barcelona”, de Pau Miró. Reparto: María Valverde, Víctor Clavijo, Toni Cantó. Dirección: Francisco Saponaro. Duración: 70 minutos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario