Comienza
una nueva temporada teatral, y se presenta más que interesante, tanto por
variedad como por cantidad. La calidad será valorada por crítica y público,
pero la primera impresión es muy positiva. Hemos tenido la ocasión de disfrutar
de uno de los primeros montajes estrenados en Madrid este septiembre, y que,
por desgracia, no tendrá larga andadura. Sólo un par de semanas lo separan de
su última función, en el mítico teatro La Latina.
Se
trata de “¿Quién teme a Virginia Woolf?”, un ácido y violento texto de Edward
Albee. Trata sobre el matrimonio, la inevitable erosión que provoca el tiempo
en la pareja, el sexo, y muchos otros temas que suelen ser considerados tabúes
aún en nuestros días. La obra alcanzó su culmen en su versión para el cine
protagonizada por Elizabeth Taylor y Richard Burton.
La
pareja protagonista de esta versión no se achanta en absoluto ante ese título
cinematográfico de necesaria visión para cualquier amante del género, sino que
ofrece un recital interpretativo tras el que, sin duda, han de quedar
exhaustos. Hablamos de los monstruos Pere Arquillué y Carmen Machi.
Para
cualquiera que, más o menos, siga este blog, es sabida nuestra pasión por esta imparable
actriz, que parece que convierte en oro todos los espectáculos en los que se
inmiscuye. Tras la joya “Agosto (Condado de Osage)” y la multipremiada “Juicio
a una zorra”, que sigue de gira y volverá al teatro de la Abadía el próximo
abril, nos presentó inesperadamente esta pieza en la que, una vez más, deja obnubilado
al personal.
A
pesar de que era reciente su estreno, y quizá por ello notásemos a la Machi en
algunos pasajes todavía entrando en materia en comparación con sus compañeros
de reparto (son los mismos de la versión catalana, estrenada la temporada pasada),
es pasmosa su facilidad para acoplarse a un espectáculo ya construido, en un
papel protagonista tan complicado, sin desentonar. Es un sinfín de cualidades
interpretativas las que posee esta mujer, y regala a Martha una insatisfacción
y rabia pocas veces vistas en nuestra escena. Es un regalo la escena en la que
seduce al joven…
Aun
así, hemos de quitarnos el sombrero ante Arquillué. Es la primera vez que lo
vemos, a pesar de ser conscientes de su larga andadura sobre las tablas. Su
George es una creación apabullante. Todo intérprete pone algo de sí mismo en
cada papel, es inevitable, pero en este caso parece como si cada gesto, mirada o
palabra nada tuvieran que ver con él, como si hubiera seguido de cerca la vida
del personaje desde su infancia. Sencillamente impresionante.
Ambos
nos presentan la historia de una pareja insatisfecha, pero que se ama
tremendamente a pesar de todo. Sólo saben vivir con el otro, pero la única
forma de hacerlo es convirtiendo en un infierno su existencia. Para divertirse,
invitan a una pareja de jóvenes, nuevas adquisiciones del entorno de ambos, a su
casa y montan una escena que acabará por írseles de las manos.
Mireia
Aixalà e Ivan Benet en absoluto quedan detrás de nuestros dos protagonistas,
sino que, gracias a su buen hacer, ayudan a que la función vaya creciendo y no
resulte pesada, algo que no resultaría complicado debido a la incomodidad que
presenta en el público (¡bendita incomodidad!).
Todo
se debe a su director, Daniel Veronese, que tras la fantástica “Yo, el heredero”,
nos vuelve a encandilar con sus diálogos vertiginosos, solapados, atropellados,
en absoluto teatrales, lo que hace que cada historia sea tan reconocible para
el público que parezca alarmantemente real.
Valoración:
4/5
“¿Quién
teme a Virginia Woolf”, de Edward Albee. Reparto: Pere Arquillué, Carmen Machi,
Ivan Benet, Mireia Aixalà. Dirección: Daniel Veronese. Duración: 110 minutos.
Teatro
La Latina, 9 de septiembre de 2012.