“El cielo se partió en Berlín, el tiro más preciso de mi vida fue a escogerte a ti. La vela se apagó, qué tonta discusión”. Fue, tras la apabullante introducción instrumental, el comienzo a-capella de Leire Martínez, la nueva vocalista (desde 2008) del exitoso grupo La Oreja de Van Gogh, uno de los principales del escaparate musical en el pop español.
No mucha gente confiaba en la continuación del grupo tras la marcha de su anterior solista, Amaia Montero, pero el pasado domingo 6 de noviembre en el Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona demostraron sin esfuerzo que continúan superándose concierto a concierto y canción a canción.
26 canciones y casi dos horas ininterrumpidas de concierto resumen el espectáculo que pudimos disfrutar, con un aforo aproximado de tres cuartos del total de 1500 butacas disponibles.
Siendo el tercer día consecutivo ofreciendo un concierto similar, la banda nos lo ofreció como si fuera la primera y la última vez que lo interpretaban, lo cual se agradece. Sin mucha interrupción entre los temas (por no decir... ninguna) ni presentación hacia las mismas, pues no se precisaba, fueron desgranando su nuevo trabajo, “Cometas en el cielo”, además de ofrecernos la mayoría de los grandes éxitos de la banda, que no son pocos.
Abriendo el recital con “Día cero”, continuaron con otro de los temas del nuevo disco, “Esta vez no digas nada”. Tras ambas canciones, desataron por fin la locura y levantaron al personal con una de sus melodías más conocidas, “Cuídate”, para pasar a la canción del nuevo trabajo dedicada al fin de ETA, “Promesa de primavera”.
Las siguientes fueron “20 de enero”, “Las noches que no mueren”, “Europa VII” y “Rosas”, tras la que Leire comprometió al personal a cantar con ella a-capella el famoso estribillo. “Soledad”, “El tiempo a solas”, “París” o “Mi calle es Nueva York” sirvieron con creces para seguir calentando el ambiente, que les acompañaría durante el resto del concierto.
El público estuvo entregadísimo, más del 80% del concierto de pie, vitoreando los siguientes ritmos, “Dile al sol”, “Inmortal”, “La playa” o “Muñeca de trapo”, uno de nuestros favoritos de la noche, en el que, para ser introducido, se televisaba el único vídeo a oscuras de la noche, en que Leire, con el único acompañamiento de una guitarra acústica, entonaba los primeros versos.
Continuó el recital con uno de los momentos más especiales para los asistentes y, seguramente, para los intérpretes. LODVG siempre ofrece, en todos sus conciertos, un segmento acústico de un par de canciones. En este lugar escogieron “Paloma blanca”, sobre una mujer que intenta por todos los medios tener un hijo sin éxito, y “Deseos de cosas imposibles”.
Fueron acabando el concierto, en teoría, con “Geografía”, “Dulce locura”, “La niña que llora en tus fiestas”, primer single de su nuevo y esperado trabajo, y por último, “Puedes contar conmigo”. Sin embargo, era lógico que regresaran debido a los vítores, silbidos y aplausos que el público estruendosamente ofrecía.
Lo hicieron con el tema, probablemente, más emotivo de su repertorio. Acompañada de un piano, Leire cantó “Jueves”, dedicado especialmente al atentado del 11 de marzo en Madrid, que provocó más de una lágrima en los asistentes, y casi cinco minutos de ovación, que culminaron con “El último vals” y “Cometas por el cielo”, primer y último temas de Leire como integrante de La Oreja de Van Gogh, curiosamente.
Tras ambos, los artistas saludaron y, sin que nadie lo esperara (varias personas habían ya abandonado la sala) se arrancaron con “Pop”, desatando el ambiente fiestero con el que despedirían al personal.
Resumiendo, ya habíamos tenido la ocasión de ver al grupo hace unos años en la gira de presentación de “Guapa”, pero en comparación, el nivel (independientemente de los temas interpretados, pues también fueron 26 la otra vez, recordamos) ha aumentado considerablemente.
Nuestras felicitaciones. Volveremos a verlos.
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