miércoles, 9 de noviembre de 2011

Al final del arcoíris


-ABC: “La obra está llena de brillo y de glamour. Es una montaña rusa de emociones”.
-El Cultural: “Un torbellino encarna a otro torbellino”.
-La Razón: “Ovaciones de cinco minutos. Al final del arcoíris: lo mejor que puede verse en Madrid actualmente”.
-Shangay Express: “Uno de los grandes estrenos del frío enero madrileño. Al final del arcoíris lo tiene todo para enganchar.

La crítica ha sido unánime. Son sólo algunos de los comentarios arrojados a la obra de Peter Quilter, actualmente en gira, “Al final del arcoíris”, interpretada por Natalia Dicenta, Miguel Rellán y Nacho López. Pudimos asistir a su única representación para el público navarro, el pasado 4 de noviembre en el Teatro Gayarre de Pamplona.

Diciembre, 1968. Judy Garland está a punto de hacer su regreso a los escenarios… otra vez. En una habitación de un lujoso hotel de Londres, Judy, junto a su prometido, prepara una serie de conciertos en el Talk of the Town que tratan de devolverla a la cima y recuperar la corona como uno de los mayores talentos de su generación.

Su amigo y pianista la acompañará en su lucha particular contra su dependencia tormentosa de las drogas y el alcohol. A pesar de sus cuatro matrimonios fallidos y el declive de su carrera en Hollywood, Judy sigue siendo una mujer dura, con una personalidad arrolladora y un carácter notable armada hasta los dientes con su legendario ingenio afilado.

“Al final del arcoíris” es una comedia musical dramática que nos muestra a una mujer con el corazón roto que no pierde el sentido del humor y que afronta los meses finales de su vida a través de sus últimos conciertos, con sus canciones más memorables.

“Get happy”, “Come rain or come shine”, “The trolley song”, “The man that got away”, “For once in my life”, “When you’re smiling” o, por supuesto, “Somewhere over the rainbow” (que da título a la obra) son sólo algunos de los temas que pudimos disfrutar en la función.

No se nos ocurren elogios suficientes para calificar la interpretación de Natalia Dicenta, quien se ha convertido, bajo nuestra humilde opinión, en una nueva dama de la escena española y digna sucesora de su madre, Lola Herrera, otra de las grandes, actualmente en el Teatro La Latina de Madrid con su obra “Querida Matilde”.

Es como si la poseyeran, modifica absolutamente todos sus gestos, su forma de andar, su voz… Crees que es Judy Garland, sensación que tendríamos que tener siempre que alguien encarna a otra persona conocida, por otra parte.

A pesar de que tanto la obra en sí como el guión nos dejaron quizá algo más fríos en ciertos momentos, pues puede que tuviéramos unas expectativas demasiado altas del texto. El ritmo en ocasiones caía considerablemente, y en otras era algo repetitivo, pues parecía que la misma escena la habías oído antes de la canción anterior. Sin embargo, todo esto se disculpa por la interpretación de la que hemos hablado anteriormente. No creemos que mucha gente se fijara en el ritmo o la repetición de diálogos, debido al poder hipnótico que Natalia Dicenta ofrece en escena, y no exageramos, en serio.

El único fallo que no es perdonable es el sonido de los diálogos, algunos inaudibles. Es cierto que no estábamos sentados cerca del escenario, pero nunca lo estamos y el Gayarre tiene la acústica necesaria como para que oigas un alfiler caer en el camerino más lejano.

El resto de las interpretaciones eran correctas, sin destacar. Miguel Rellán caracteriza al pianista homosexual acompañante de Judy, y Nacho López, quizá algo más flojo, se encarga (en la gira, pues en Madrid era otro el intérprete) de dar vida al amante y último esposo de la actriz y cantante.

Al contrario que reseñaba el periódico La Razón en la crítica que expusimos arriba, es cierto que no se vieron ovaciones de cinco minutos entre canción y canción, pero al final, cuando los actores (y sobre todo ella) saludaban, pasó de los cinco y casi llegó a los diez minutos de aplausos, con gran parte del personal en pie.

En caliente, tenemos la opinión de que la obra se salva por Natalia, ya que es imprescindible una actriz que no sólo actúe (su papel podría hacerlo, mejor o peor, otra actriz), sino que también cante, y que cante bien, pues las diez canciones interpretadas a lo largo de las dos horas y diez minutos de la obra son tremendamente conocidas por todos.

Sin embargo, fríamente hay que admitir que aparte de la actriz principal, la obra no se hace en absoluto pesada. Tiene un guión, aunque algo repetitivo en ocasiones como decimos, ciertamente ágil, con unos diálogos muy pensados y un humor corrosivo que deja entrever cómo era Judy Garland en la intimidad. Y lo que es mejor, nos lo creemos.


Nota: 3/5
"Al final del arcoíris", de Peter Quilter. Reparto: Natalia Dicenta, Nacho López, Miguel Rellán. Dirección: Eduardo Bazo, Jorge de Juan. Duración: 130 minutos más descanso.
Teatro Gayarre, 4 de noviembre.

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