miércoles, 22 de febrero de 2012

Llama un inspector


 Esta semana toca hablar de un montaje que comenzó temporada en Madrid, y debido a su éxito, se encuentra actualmente de gira por España. Se trata del mítico “Llama un inspector”, en esta ocasión dirigida y protagonizada por el maestro José Mª Pou. Ya lo habíamos visto en la magistral “Los chicos de historia”, y en esta ocasión opta por ofrecer un espectáculo mucho más sobrio, sin barroquismo de ningún tipo, ciñéndose quizás demasiado al rico pero archiconocido texto. 

La cita fue el pasado viernes 17 de febrero en el Teatro Gayarre de Pamplona. Para los escasos que no conozcan la historia, “Llama un inspector” fue escrita por John Boynton Prestley. Se trata de un prodigioso engranaje de relojería teatral, pues cuenta la visita de un inspector a casa de una familia en la que se está celebrando el próximo enlace matrimonial de la hija. El inspector irá acusando uno por uno a cada miembro de la familia de ser, en parte, causantes del suicidio de una joven (en principio desvinculada totalmente de la familia).

El mensaje que quiere otorgar la obra a la sociedad es que todos formamos parte de un mismo engranaje y que las acciones que cada uno hace, involuntariamente pueden afectar al desarrollo de la actividad de otros muchos. Somos, en parte, responsables de cuanto le ocurre al resto de la gente.

Pudimos hablar con José Mª Pou al final de la representación y nos contó, no con poco acierto, la dificultad añadida que suponía poner en pie un montaje tan conocido por el público en general. Había que darle un toque especial de forma que proveyera de algo nuevo a los espectadores. En esta ocasión él ha optado por darle una presencia e importancia añadidas a los silencios, de modo que se instaura en la escena un clima de tensión más sofocante que en otras versiones de la obra.

Además, gracias a la compañía de grandes actores de nuestra escena que le acompañan, y grandes jóvenes promesas, por qué no decirlo, consigue una mayor calidad, si cabe, en el espectáculo. Amparo Pamplona y Carles Canut, ambos prolíficos actores no sólo de teatro, sino también de doblaje, imprimen con sus voces, quizá sin quererlo, una personalidad todavía más acentuada en sus personajes. En el caso de ella ese toque es muy acertado, mientras que en el de él, quizá sean demasiado cómicas las modulaciones con que simula nerviosismo.

En el caso de los jóvenes, destaca sin problema Paula Blanco, con perfecta dicción que tanto se echa de menos en estos días entre los jóvenes (y no tan jóvenes) actores españoles cuando, si pretendes ser bueno en teatro, debería ser lo primero en perfeccionar. También están correctos David Marcé, exagerado de más en ciertas escenas, aunque no tenga un papel fácil; y Rubén Ametllé, cuya voz queda, probablemente, demasiado impostada para el papel que interpreta, y que le impide variar sustancialmente de estado de ánimo, por la poca posibilidad de modulación que esa voz ofrece.

Y por último, Pou. Su saber hacer en el escenario es siempre impecable. Se siente más cómodo sobre las tablas que detrás de ellas, o al menos es la impresión que da. En esta ocasión construye un inspector tajante, sobrio y quizá incluso maleducado en ciertos momentos. Lleva a la máxima su intención de dar importancia a los silencios para poner nervioso, no sólo al público, sino también al resto de personajes. De ese modo, crea un personaje con poco lucimiento y quizá algo “sosillo” para el público, pero que una vez terminado el montaje, este mismo público se da cuenta del tremendo ejercicio de interpretación (y contención) que el Sr. Pou imprime en su inspector.

En conclusión, se trata de un muy correcto montaje, con tal sobriedad que hace que cualquier aspecto más exagerado añadido chirríe. Sin embargo, no aburre en absoluto su casi hora y media y parece que entre el público gustó, vistas las tres veces que el elenco se vio obligado a saludar.




Nota: 3,5/5
"Llama un inspector", de J.B.Priestley. Reparto: José María Pou, Carles Canut, Amparo Pamplona, Rubén Ametllé, David Marcé, Paula Blanco. Dirección: José Mª Pou. Duración: 85 minutos.
Teatro Gayarre, 17 de febrero de 2012.

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