jueves, 25 de octubre de 2012

Follies



Aunque con retraso debemos hablar de uno de los montajes estrella de la pasada temporada. Se trata, nada menos, que de “Follies”, musical escrito por el gigante Stephen Sondheim. Tuvimos la enorme suerte de poder asistir a su última función en el emblemático Teatro Español de Madrid, coincidiendo con el también último día de Mario Gas como director general de este espacio (además de serlo del fabuloso montaje).

Conviene detenernos en Gas, antes de comenzar a desgranar esta particular joya. Pocos directores (quizá ninguno), de teatros públicos o privados y de escena han hecho tanto por el mundo del espectáculo de este país como Mario Gas. En los ocho años que ha estado al frente del Español no sólo ha creado una de las mejores programaciones de toda la red de escena (objetivamente hablando), sino que ha sido el precursor de la apertura de dos nuevas salas en el Matadero, donde hay cabida para montajes de mayor envergadura. Sus propuestas, siempre arriesgadas, prácticamente siempre acertadas, han demostrado que al frente de instituciones públicas han de situarse personas sabias, con experiencia y ganas de trabajar. Sólo queremos, desde este humilde espacio, agradecerle su labor profesional tanto como se hizo en esa calurosa despedida que le regaló el público de Madrid al terminar la función que nos trata.

“Follies” habla de una reunión, que da lugar en un teatro ya ruinoso de Broadway visto para su demolición al día siguiente, de un grupo de personas que trabajó en él hace muchos años atrás. La historia se centra en dos parejas, Buddy y Sally, y Benjamin y Phyllis. Ellas fueron chicas de variedades en ese teatro, y ellos los galanes que iban a buscarlas a la salida. Ambas parejas se encuentran completamente infelices con su matrimonio; Buddy, vendedor, tiene una amante; Sally sigue enamorada de Benjamin tras todos estos años; éste se ha convertido en un hombre absorbido por su propio éxito; y Phyllis se encuentra emocionalmente abandonada.

Lleno de canciones que ya se han convertido en clásicos dentro del género, “Follies” no es un musical al uso, en el que los temas sirven para apoyar la escena de turno, sino que las propias melodías suman acción al montaje y hacen que continúe la historia. Otra de las diferencias recae en que el género del teatro musical, con todos los respetos (somos muy asiduos a él), suele centrarse en temáticas muy simples, y se sustentan principalmente por el acierto al escoger la lista de canciones a interpretar. Prueba de ello son “Grease”, “Fiebre del sábado noche”, “40”, etc., que sin mostrar historias de contenido que podamos denominar “profundo”, tienen su público y un éxito abrumador.

“Follies” es una historia sobre el amor, la decadencia, la vejez, la ilusión de un recuerdo, la pérdida de la pasión, la erosión que produce el tiempo en las relaciones, y muchos otros aspectos de los que se ríe y por los que sus personajes sufren casi a gritos. Es Sondheim un gran observador y entendedor de la personalidad y comportamiento humanos, lo que refleja a la perfección en sus creaciones; puede que su visión sea peculiarmente oscura, pero nadie puede afirmar que sea la incorrecta. Si a eso sumamos su habilidad para componer música tan bella y compleja, está claro que hablamos de un espectáculo que entretendrá hasta a quien no busque más que pasar un buen rato y no quiera darle vueltas a temas más arduos (siendo esto igual de respetable, claro).

Un enorme y excelente reparto de artistas, de larguísima trayectoria todos, encandiló al personal desde el momento en el que comenzaron a desfilar las “Beautiful girls”. Pep Molina (actualmente de gira con “Subprime”) construye un notable Buddy, todavía enamorado de la infeliz Sally, soberbia Muntsa Rius, con las mejores cualidades vocales del cuarteto protagonista. Vicky Peña (pronto en “El diccionario”) crea una arrebatadora Phyllis, sabiendo sacar todo lo que el personaje esconde, sin necesidad de poseer una memorable voz. Dejó claro que el secreto está en ponerse al servicio del personaje; su rendición del clásico “Could I leave you?” se nos quedará grabada por mucho tiempo. Aunque la sorpresa vino de mano del excelente Carlos Hipólito (actualmente en “Sonrisas y lágrimas”), un grato descubrimiento como cantante, nueva cualidad a la que aplicó sus de sobra conocidas dicción y claridad. A destacar ese momento bajando las escaleras casi al final, como cierre del medley “Loveland”; nunca habíamos visto tanta galantería descendiendo tantísimos escalones sin siquiera mirarlos.

Además, una inmensa Massiel desgrana el mítico “I’m still here”, con una pasión interpretativa casi descontrolada pocas veces vista, haciendo una clara alusión a su propia vida. Deliciosos los 86 años de Asunción Balaguer (pronto en la Pequeña del Español con un monólogo autobiográfico) en su “Broadway baby”, y reseñables también las exponenciales Teresa Villacrosa y Carmen Conesa.

Las dos parejas jóvenes también demuestran su buen hacer y el gran trabajo actoral que supone el haber encontrado tantas similitudes con sus correspondientes “mayores”, lo que deja entrever todo lo que puede conseguirse con un buen director detrás que guíe con su batuta al cuerpo actoral. Perfecto, como siempre, Ángel Ruiz.

El no poco reparto restante está también a la altura de la ocasión, así como el fabuloso cuerpo de baile, de una sincronización apabullante. La orquesta Manuel Gas, por otra parte, dirigida por el maestro Pep Pladellorens, desgrana los temas instrumentales (y el resto) con una precisión que supera con creces todas las grabaciones de las que queramos empaparnos. La obertura es sencillamente exquisita.

Por último, la traducción de las letras, a cargo de Roser Batalla y Roger Peña, está muy conseguida. Es toda una hazaña lograr convencer a fanáticos de las versiones originales (nos incluimos) de que la pureza de las letras no decaerá al realizar en ellas un trasvase de idiomas. A pesar de nuestro gran escepticismo inicial, lo confesamos, quedamos extremadamente sorprendidos por la calidad en este aspecto.

Esperamos que, ya que su andadura no fue extremadamente larga a pesar de que tras un parón regresara al Español y pudiéramos verlo en su segunda etapa, un nuevo equipo vuelva a montar un “Follies” pronto y gire por España, para que todo el mundo pueda disfrutar de la maravillosa música de Sondheim y el recorrido emocional por el que hace transitar a sus personajes y al público.

Valoración: 5/5
“Follies”, de Stephen Sodheim y Goldman. Reparto: Carlos Hipólito, Vicky Peña, Muntsa Rius, Pep Molina, Asunción Balaguer, Massiel, Teresa Vallicrosa, Carmen Conesa, Linda Miraval, Marta Capel, Diego Rodríguez, Julia Möller, Ángel Ruiz, Joana Estebanell, Mamen García, Lorenzo Valverde, Josep Ruiz, Mario Gas, Nelson Toledo, María Cirici, Marisa Gerardi, Antonio Villa, y ensemble. Dirección musical: Pep Pladellorens. Dirección: Mario Gas. Duración: 165 minutos más intermedio.
Teatro Español, 21 de julio de 2012.

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