jueves, 16 de mayo de 2013

El manual de la buena esposa


Uno de los aspectos que ofrece el paso del tiempo es la posibilidad de reírnos sobre ciertas cosas del pasado que, en su momento, no tenían gracia alguna. Es el caso de la situación de la mujer en nuestro país en la época de la dictadura franquista. Por supuesto, quizá no hayan pasado suficientes generaciones como para llegar a una risa sin condiciones, pero si ésta se busca de manera precisa y sin intención de herir sensibilidades, todo es válido.

Es el caso de “El manual de la buena esposa”, actualmente en gira por España tras su largo paso por la cartelera madrileña. Cómo se agradece que teatro de calidad, con éxito en la capital, siga surcando los teatros de nuestra geografía, a pesar de haber cada vez más obstáculos que lo impidan.

La función es un recorrido por aquel tiempo, en forma de una docena de sketches, escritos por algunos de los mejores dramaturgos que tenemos actualmente en nuestro país. Miguel del Arco o el navarro Alfredo Sanzol son claros ejemplos de figuras casi recién descubiertas pero ya inamovibles del tándem teatral español. Además de ellos, Juan Carlos Rubio, Verónica Fernández, Yolanda García Serrano y Anna R. Costa han unido sus plumas para dar forma a esta obra. Como curiosidad, seguro que no es casualidad que exista una igualdad en número de autores de cada género.

Todas las escenas han sido escritas para un máximo de tres actrices, y es preciso que éstas posean un gran registro y capacidad de adaptación, pues son siempre ellas tres las encargadas de levantar cada sketch, siendo imprescindible que se note el cambio de personaje en cada uno. Así, el espectáculo va desengranando curiosidades de nuestra cultura como la Sección Femenina y los Coros y Danzas, además de adentrarse en otros aspectos más enjundiosos como la represión sexual de la época, la sumisión de la mujer a su marido, la severa importancia del matrimonio y la religión.

Las actrices, Llum Barrera, Mariola Fuentes y Concha Delgado, cumplen con creces las expectativas creadas. Fuentes exagera demasiado ciertos aspectos, algo que al público por supuesto le encanta, y a Delgado le pasa probablemente lo contrario. La más correcta, en todos los sentidos, nos parece Llum Barrera, espléndida en el pasaje de “Échale guindas al pavo” y en el monólogo que cuenta la experiencia de cocinar para Franco.

El único problema que puede tener la función es que, al estar escrita por distintos autores, probablemente con poca interacción entre ellos, las escenas puedan resultar algo repetitivas entre sí, hablando de temas parejos y sin un desarrollo muy original. Además, la dirección actoral ha sido llevada hasta la parodia, en ocasiones histriónica, quizá por miedo a que sólo el texto no fuera lo suficientemente atractivo para el espectador.

Sin embargo, se trata de una función que pasa volando, tremendamente entretenida y muy graciosa, que disfrutarán tanto jóvenes como gente que vivió y sufrió aquella época. Y lo más importante, no trata de herir a un extremo o al otro. Difícilmente alguien puede sentirse atacado por esta función. Está claro que defiende una idea, como todos, pero reflejar la más estricta realidad y no ser doctrinador es algo muy complejo cuando se habla de temas de tal índole y, en este caso, se consigue.

Valoración: 3,5/5
“El manual de la buena esposa”, de varios autores. Reparto: Llum Barrera, Mariola Fuentes, Concha Delgado. Dirección: Quino Falero. Duración: 95 minutos.
Teatro Gayarre, 10 de mayo de 2013 (primer pase).

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