“Burundanga”
es una comedia (más bien una sátira) sobre temas muy conflictivos, tocados
desde un punto y un cuidado que a poca gente podrían llegar a molestar, a la
vez que los disecciona desde varios prismas distintos. La farsa se utiliza para
frivolizar sobre aspectos como las drogas, el aborto o el terrorismo, que
sirven de línea argumental para levantar un espectáculo de texto ligero
llegando al absurdo, pero exquisitamente escrito.
Berta,
una ingenua joven, es convencida por su pija compañera de piso, Silvia, para
drogar a su novio Manel con Burundanga (el suero de la verdad) y así conseguir
cierta información sobre la disposición de éste a dar un salto más allá en su
relación. Lo que ella desconoce es que la confesión de su chico irá bastante
más allá de sus expectativas iniciales. No es de recibo desvelar más acerca de
la sinopsis de un montaje que lleva dos años en cartel y que, seguro, seguirá
otro tanto.
Que
Jordi Galcerán -autor de recientes joyas como “El método Grönholm”, “Palabras
encadenadas”, “Fuga” o “Carnaval- sea el artífice del texto, y que la dirección
corra a cargo de Gabriel Olivares –“Venecia bajo la nieve”, una de las mejores
comedias de la pasada temporada- es casi promesa de éxito y calidad.
El
público interesado en Galcerán sabe que
cuando asiste a una comedia suya probablemente verá una función descacharrante,
pero que irá sutilmente entrando, y sin ofender, mucho más allá de sus
intenciones visibles. Y qué criticado ha sido por utilizar un tema tan
peliagudo como ETA en este “Burundanga” por sus supuestos falta de tacto y, por
favor, intención de desconcienciar al público ante un problema presente y
todavía latente en muchos hogares. Lo que los espectadores necesitan, y más en
tiempos como los que corren, es distracción, y si es ante problemas cotidianos
de la vida, cuánto mejor. Ya se encargarán los telediarios de recordárnoslos
diariamente.
En
una escenografía muy cuidada (el piso donde habitan las dos compañeras), los
actores se desparraman como peces en el agua con, se nota, un compañerismo
aplastante. Enorme está Mar Abascal como la compañera pija, con una
sobreactuación más que medida culpable de desatar las mayores carcajadas del
personal, y dando fabulosamente el pie a una Mar del Hoyo quizá algo verde por
su reciente incorporación al reparto, pero que en absoluto desentona con el
resto. César Camino, rostro secundario televisivo, demuestra su buen hacer
sobre las tablas, con una dicción estupenda y una agilidad tronchante en sus
picos más altos de drogadicción. Antonio Hortelano, como el novio de Manel,
también responde, aunque quizá resulte algo forzado en situaciones concretas; y
por último el veterano Eloy Arenas, al cual da gusto ver rodeado de tanta gente
joven, controlando la situación en el papel más serio de todos, pero perdiendo
el sentido del ridículo que a tantos sobra.
Como
consejo, y pega para algunos como los que llevábamos un horario ya calculado algo
justo, el Lara debería tener en cuenta la duración de sus espectáculos y
respetar los horarios para que no se agolpen los espectadores que salen con los
que entran a la siguiente función. Suponemos que es cuestión de aprovechar los
días al máximo (y las tres funciones fueron llenos), pero tampoco nos parece de
recibo. Al margen de este dato, se trata de un espectáculo más que recomendable
para pasar un rato muy agradable con garantía de calidad.
Valoración:
4/5
“Burundanga”,
de Jordi Galcerán. Reparto: Mar del Hoyo, Mar Abascal, Antonio Hortelano, César
Camino, Eloy Arenas. Dirección: Gabriel Olivares. Duración: 105 minutos.
Teatro
Lara, 29 de diciembre de 2012.
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