Shakespeare
nunca defrauda. No importa cómo se represente ni los años que pasen. Sus
diálogos siempre permanecerán vigentes e imperecederos. La riqueza de sus obras
encierra tantos temas a estudiar y tan bien tratados que muy difícilmente podrá
superarse. Hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una de sus comedias
románticas, que por supuesto posee todo lo que puede dar de sí este género. Se
trata de “Noche de reyes”, actualmente en gira a cargo de la compañía de teatro
clásico Noviembre.
Originalmente
titulada “Twelfth night”, por tratarse de la duodécima noche desde Nochebuena,
la obra comprende varias historias en cinco actos. En primer lugar, la
separación de dos hermanos gemelos, uno de cada género, Sebastián y Viola, a
causa de un naufragio. Ella, vestida de hombre, comienza a servir como paje en
la corte del duque Orsino, del que se enamora profundamente. A su vez éste ama,
siempre sin éxito, a la dama Olivia, que recientemente perdió a su hermano y
que acabará prendida del falso paje del duque.
Paralelamente
se sucede la historia de Sebastián, rescatado del naufragio por un capitán de
barco. Termina casándose en secreto con Olivia, pensando ésta que se trata del
paje. Mientras, discurren otros personajes, como el siempre presente bufón
Feste, el borracho caballero Don Tobías Regüeldo, y los sirvientes María y
Malvolio, entre otros. Precisamente a Malvolio, el mayordomo, logran
convencerlo de que lo ama en secreto la dama Olivia, naciendo una de las
confusiones más divertidas de la obra. El final, como es lógico, une en la
misma escena a los dos hermanos (creyendo ambos al otro muerto) y casa a Viola
con el duque.
Como
presentábamos, “Noche de reyes” ofrece todo lo que puede dar una comedia
romántica en teatro. Hay disfraces, que quizá no resulten tan atractivos en
montajes modernos, pero sí antaño, cuando eran actores jóvenes masculinos
quienes debían representar los personajes femeninos. También se parte de un
comienzo trágico que deriva en dos bellas historias de amor por parte de los
protagonistas. Y además la obra comprende temas más oscuros, como la vergüenza
y las penurias del mayordomo Malvolio, hilarantes para el público pero
extremadamente crueles, pues el personaje acaba encerrado en una celda y obligado
a jurar las doctrinas de Pitágoras, tan contrarias a sus creencias.
La
compañía Noviembre ofrece un montaje visual espectacular, disfrutando del
momento como si de un juego se tratara, con música de salón que encaja a la
perfección con el resto del puzzle, y con unas interpretaciones memorables por
parte de todos, sin sobresalir nadie en ningún momento.
A
pesar de todo, existe algo que no nos acaba de convencer, y es que todo se
sucede demasiado coreografiado y poco sentido. Existe tal comprensión y dominio
de la obra que parece que nada sorprenda ya a los actores. Quizá sea
interpretación nuestra, pero para ello están las opiniones, y es la razón por
la que quizá nos sobre algo de metraje. Las escenas parecen discurrir muy poco
naturales, independientemente de lo exageradas que tengan algunas que serlo por
obligación.
Aparte
de ese pequeño apunte, se trata de un montaje que divertirá allá donde vaya, y
aunque no se trate de la mejor obra de Shakespeare (ni de lejos), sí pueden
observarse maneras que desembocarían pocos años después en sus mejores obras.
Valoración: 3,5/5
“Noche
de reyes”, de William Shakespeare. Reparto: Arturo Querejeta, Daniel
Albaladejo, Jesús Calvo, Francesco Carril, Beatriz Argüello, Fernando Sendino,
Maya Reyes, José Ramón Iglesias, Rebeca Hernando, Héctor Carballo, Ángel Galán.
Dirección: Eduardo Vasco. Duración: 115 minutos.
Teatro
Gayarre, 28 de noviembre de 2012.
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