Mihura
es uno de nuestros mejores autores. Nadie puede discutir la inteligente acidez
de su comedia, ni su habilidad para encadenarla con un buen melodrama. Sin
embargo, no todo lo escrito por un genio tiene por ello que ser espectacular.
“Carlota”,
texto que se representa actualmente en el María Guerrero de Madrid es una
comedia policiaca ambientada a comienzos del S.XX. El propio Mihura dijo que su
primera intención era escribir una comedia asequible, con mucha trama, y sin
embargo llegó a confesar que no sabía realmente qué clase de comedia era había
construido finalmente.
El
argumento es una especie de fábula parecida al archiconocido “Pedro y el lobo”.
La protagonista inventa una serie de argucias para conseguir el interés
continuo de su marido y finalmente éstas se vuelven en su contra. El principal
atractivo de la obra reside en que es una sucesión de flashbacks que perfilan una
historia de la que conocemos primero el final.
Las
comedias de Mihura reclaman un esfuerzo adicional por parte del espectador, que
no ha de perder detalle de todos los diálogos enrevesados que contiene el
texto. Pues bien, ni con la máxima atención uno puede captar ni seguir una
historia que termina por ser demasiado enrevesada para lo que realmente
contiene, lo que culpa no al montaje ni a la dirección, sino al propio texto en
sí. Siempre se ha oído que “Carlota” no es el mejor Mihura, y por algo será.
Es
cierto que este montaje en concreto suma al texto diversos elementos muy atractivos.
En primer lugar, la introducción proyectada aporta un ambiente cinematográfico
muy acertado para este tipo de obra, así como el humo utilizado al comienzo. Sin
embargo, termina por ser demasiado y las primeras filas no resultan cómodas.
El
vestuario es espectacular, mientras que la escenografía, ambos de Felype de
Lima, es arriesgada, juega con las inclinaciones, casi simulando que la casa de
los Barrintong se vuelca sobre el patio de butacas. Que las entradas y salidas
no se distingan bien por parte del público consigue en ocasiones que la
atención recaiga sobre el propio escenario y se coma a los actores, lo que
resulta algo disuasorio.
Sin
embargo, el principal reclamo del montaje es la vuelta a los escenarios de la
actriz Carmen Maura. En cine es estupenda, pero lleva veintisiete años sin
pisar los escenarios, y eso se nota. Nunca puede utilizarse como un atractivo
para una obra de teatro que su protagonista vuelva tras una ausencia de treinta
años a unos escenarios de los que antes tampoco fue muy asidua. Se le nota
insegura, con algún tropiezo con el texto y aunque usando muchos matices que
aporta la experiencia en cine, con mucha menos soltura que el resto. El reparto
está muy bien dirigido de forma coral, todos muy ajustados a sus complicados
personajes, consiguiendo que nadie más destaque ni caiga bajo el resto, tarea de
interpretación bastante complicada en este caso.
En
resumen, “Carlota” es un montaje entretenido, pero de una dirección muy
dinámica, con diálogos que van atropellándose entre sí, lo cual añadido a un
texto poco claro, termina por confundir al espectador. Aun así, se trata de una
forma distinta de ver teatro, con un toque cinematográfico muy acertado y de
interpretaciones correctas. Permanecerá en la principal del María Guerrero
hasta el 2 de febrero.
Valoración:
2,5/5
“Carlota”,
de Miguel Mihura. Reparto: Carmen Maura, Alberto Jiménez, Pilar Castro, Vicente
Díez, Pedro G. de las Heras, Natalia Hernández, Jorge Machín, Antonia Paso, Carlos
Seguí, Alfonso Vallejo. Dirección: Mariano de Paco. Duración: 120 minutos.
Teatro
María Guerrero, 28 de diciembre de 2013.
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