“Las
dos bandoleras” es uno de los textos menos conocidos de Lope de Vega, y el
cierre de temporada de la Compañía de Teatro Clásico, tras la que se ha
embarcado en una gira por los festivales de teatro clásico que pueblan España
durante los meses de verano, como el de Almagro o el de Olite, que se ha
encargado de clausurar.
La
trama es, de partida, atractiva y atrevida para una época en la que la mujer no
salía muy bien parada (aunque Lope siempre fue en sus obras fiero defensor de
la figura femenina). Dos jóvenes chicas caen rendidas ante los encantos de dos
soldados que, tras conseguir intimar con ellas bajo promesa de un futuro
matrimonio, las dejan a su suerte, deshonradas y sin prometido. Para recuperar
la honra, y por no hacer a su padre partícipe de su desgracia, optan por
exiliarse y aniquilar como venganza a todo hombre que se encuentren por el
camino.
La
premisa se presenta entretenida, pero el texto no le acompaña. Si se trata de
uno de los textos menos representados de Lope, quizá sea por algo. Por mucho
que sea uno de nuestros mayores referentes, todo humano tiene sus momentos
álgidos y bajos, y en este caso las rimas no resultan en absoluto agradables al
oído y cuesta en exceso seguir los diálogos. Si aun así la adaptación del texto
fuese resultona, conseguiría en parte salvarse, pero resulta bastante
discutible la elección de entremezclar otro texto poco conocido del mismo autor
y de parecido hilo (repetimos la jugada) para ver si entre ambos se consigue
realzar la historia.
El
espectáculo no funciona, y resulta más chocante viniendo de gente tan
experimentada e inteligente como Marc Rosich y Carme Portacelli, que nos regaló
hace un par de temporadas uno de los montajes más estremecedores que se han
visto últimamente (“Nuestra clase”).
Las
interpretaciones están más o menos (no todas) a la altura del texto, lo cual no
es bueno. No se observa una compañía cohesionada, aunque sí mucho trabajo y el
bagaje que da haber sido representada ya en muchas ocasiones. Por un lado,
Macarena Gómez presenta poca articulación en el verso y poco recurso dramático
(como si su Teresa no tuviese ningún tipo de progresión, y sólo estuviese o en
calma o encabronada, sin intermedios). Carmen Ruiz se maneja mejor con el
verso, y pone su empeño en hacer más reconocible y actual un texto
complicadísimo, pero tampoco termina por funcionar.
Destacan
las interpretaciones de los protagonistas de la historia paralela
(sorprendentes Gabriela Flores y Llorenç González como Leonarda y Don Carlos), aunque
sus intervenciones dan la constante impresión de que pintan bastante poco y no son
capaces de aportar mucho. El resto del reparto (Helio Pedregal, Álex Larumbe,
David Fernández, David Luque y Albert Pérez) rinde con corrección ante una
historia de personajes poco lucidos. Es una pena no verlos representar otro
montaje que les dé alas en lugar de frenarlos, pues seguro que el resultado
sería mejor.
La
escenografía resulta cuando menos sorprendente y representa, para variar, otra
traba más al desarrollo de la acción. Tanto el suelo en cuesta como los tres
mazacotes amarillos, más que aportar, dificultan la tarea de levantar el
espectáculo. Sumando la lluvia que amenazaba constante con suspender el
espectáculo ya comenzado, la atención recaía sobre cómo se desenvolvían los
intérpretes ante tantísima dificultad en lugar de sobre el texto, dando la
sensación de gymkhana, más que de una obra de teatro.
El
montaje, aunque largo en exceso debido a la discutible adaptación, resulta por
momentos entretenido gracias a la sucesión rápida de escenas, las
complicadísimas y muy bien resueltas peleas de espadas, y la comicidad que
aportaban tres de los personajes masculinos.
Valoración:
2/5
“Las
dos bandoleras”, de Lope de Vega. Reparto: Carmen Ruiz, Macarena Gómez, Helio
Pedregal, Gabriela Flores, Llorenç González, David Fernández “Fabu”, David
Luque, Álex Larumbe, Albert Pérez. Dirección: Carme Portacelli. Duración: 130
minutos.
Festival de Teatro Clásico
de Olite, 2 de agosto de 2014.
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