Si
existe un tema que ha alcanzado el auge y se ha expandido como la pólvora en
España en los últimos años es el de los niños robados. Inmediatamente tras el
pistoletazo de salida, autores, compositores y demás exponentes de nuestra
cultura comenzaron a crear nuevas piezas acerca del bombazo en cuestión.
Claro
ejemplo es la obra teatral “Una vida robada”, firmada por Antonio Muñoz de
Mesa, uno de los autores más prolíficos de nuestra escena (además de director,
cantante y actor). Actualmente tiene en cartel la excelente “La visita” en la
Pensión de las Pulgas y gira con esta “vida robada” y con la también estupenda “Otro
gran teatro del mundo” para los más pequeños. Además, prepara un nuevo musical
infantil bilingüe basado en “Romeo y Julieta”, de Shakespeare.
Muñoz
de Mesa, que tiene en su historial textos de tan distinta índole como la
divertidísima “Torrijas de cerdo” o la intrigante “La visita” (aprovechamos
para volver a recomendarla), sorprende con este descafeinado trabajo, por
desgracia, por debajo de las expectativas creadas.
La
obra es una sucesión de escenas cortas, algunas no muy necesarias, que van
anticipando un final bastante esperable. Y es que aun siendo tarea complicada
sólo con cuatro actores, se habría agradecido algo más de despiste. Otra salida
podría haber sido la de perfilar mejor los personajes; las intenciones de todos
se plantean de forma muy brusca y demasiado clara, y no se deja ningún trabajo
de averiguación al espectador. Quizá sea ese uso de escenas cortas lo que no
permite acelerar a la obra; justo cuando un diálogo está empezando a enganchar
al público, termina, y lo desconecta de nuevo.
El
reparto tampoco es que brille en ningún momento. Destacan los veteranos
Asunción Balaguer, de incansable encanto, y Carlos Álvarez-Nóvoa, que aporta el
toque cómico a la obra. Ellos dos se comen con patatas y sin esfuerzo a sus
jóvenes partenaires, principalmente por cuestión de experiencia y de saber
estar, no por papeles lucidos. Ruth Gabriel, aun teniendo el personaje que
provoca el conflicto, pasa bastante desapercibida y en ocasiones ni se le
entiende el texto. De Liberto Rabal sorprenden para bien sus momentos calmados
y su claridad de voz, pero en cuanto la tensión crece un mínimo, también la
falta de control.
Otro
evidente punto en contra es la innecesaria presencia del personaje de Balaguer.
Si bien el espectador está deseoso de que aparezca en escena (pocas actrices
hay más queridas que ella), no termina de entenderse qué hace una anciana de su
edad cuidando al enfermo doctor tantos años después de haberse jubilado ambos,
y además bajo ese continuo maltrato psicológico. O se explica muy de soslayo, o
es un dato que no queda claro.
A
pesar de esto, se trata de un montaje entretenido, en ningún momento aburrido,
pero que no contiene el punto distintivo que un tema tan sumamente trillado
necesita para desmarcarse, en primer lugar por errores de texto, y en último
por tema de dirección e interpretación.
Valoración:
2/5
“Una
vida robada”, de Antonio Muñoz de Mesa. Reparto: Asunción Balaguer, Carlos
Álvarez-Nóvoa, Ruth Gabriel, Liberto Rabal. Dirección: Julián Fuentes Reta,
Antonio Muñoz de Mesa. Duración: 75 minutos.
Teatro
Gayarre, 29 de marzo de 2014.
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