¿Qué
tienen en común Eva Braun, Eva Perón y la papisa Juana? ¿Qué cabría esperar de
una reunión de estas tres damas históricas? Salvando la verosimilitud de que
esto sucediese, no deja de ser curioso el planteamiento de un encuentro entre
estos tres iconos. Es el punto de partida de la obra original de Ana
Maestrojuán.
Se
trata de una comedia ágil y divertida, que igualmente podría haber funcionado a
escenario completo que como se presentó; para las dos funciones del día
(estreno absoluto) se eligió disponer un escueto patio de butacas en el propio
escenario, con tres filas de asientos a los lados y frente a la acción, que
quedaba limitada a escasos metros cuadrados.
Sin
embargo, se echa de menos salir del teatro con la sensación de haber
presenciado algo más que simplemente una obra desde el escenario, y será lo que
la mayor parte de los espectadores recuerden en unos meses. Material para
generar discusión hay, y no faltaría interés por parte del público, por lo
novedoso del debate en sí, y por el curioso punto de partida que supone que uno
de los bandos lo forme Eva Braun, uno de los exponentes de nuestra historia
casi nunca retratado, y otro la papisa Juana, cuya dudosa existencia ha
terminado por convertirla en leyenda.
Incluso
mediante el planteamiento de una situación tan improbable, la historia consigue
resultar creíble a ratos, siempre bajo licencias explicativas que la autora se
toma, con la excusa de situar una historia en el limbo, del que poco puede
argumentarse y mucho inventarse. Allí plantea una serie de cuestiones sobre el
significado de la vida y la muerte, y roza de soslayo muchos otros. Genera
también, aunque sin entrar a fondo, un debate político entre las Evas que
resulta harto interesante, si bien no hay profundidad, ni una línea de acción
que dote al personaje de la papisa de algún significado más allá del papel
conciliador, que pronto no da más de sí.
Como
apunte, chirría bastante y no funciona la escatológica primera escena, que posiblemente
consigue lo contrario de lo que se propone; al público inevitablemente le
cuesta aún más entrar en la trama.
Buenas
interpretaciones. Leire Ruiz compone a una Evita muy divertida, una pseudo-diva
que se lleva de calle los momentos más divertidos; la Eva de Iratxe García Úriz
está muy bien construida, y no tiene tarea fácil, por esa disposición de
empatía negativa de partida hacia un personaje así; y Asun Abad está correcta,
sin que pueda sacar mucho más de su descafeinado personaje.
Quizá
una revisión del texto lo dotaría de bastante más calidad; la sensación es que
el planteamiento es mucho más jugoso que el resultado final.
Valoración:
2,5/5
“Tres
árboles de piedra”, de Ana Maestrojuán. Reparto: Leire Ruiz, Iratxe García
Úriz, Asun Abad. Dirección: Ana Maestrojuán. Duración: 70 minutos.
Teatro
Gayarre, 26 de abril de 2014.
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