Uno
de los estrenos más esperados de la temporada teatral que comienza es “Los
hijos de Kennedy”. Además, el hecho de que tanto gran nombre pose junto en un
montaje se está convirtiendo en algo utópico. Dirigida por el maestro José
María Pou, siempre correcto, a veces brillante, la obra está protagonizada por los
reclamos Maribel Verdú, Emma Suárez, Fernando Cayo, Ariadna Gil y Álex García. Ser
todos actores de primera fila de nuestras tablas debería ser promesa de éxito,
pero dado su reciente estreno, se les nota todavía algo fríos con texto y transiciones,
que seguro terminarán por dominar.
Ambientado
en los años 60, la obra es una sucesión de monólogos que van agolpándose unos
tras otros acerca de las visiones que ciertas capas de la sociedad tenían sobre
aquella década. Cinco personajes claramente reconocibles, reunidos en un bar,
exponen su historia y sus reflexiones acerca de unos años que para algunos
sectores fueron dorados, mientras que para otros supusieron una verdadera
tortura.
Como
no podía ser de otra forma, la obra no deja pasar la ocasión de criticar el sistema
en la situación actual que posee actualmente no sólo EEUU, sino casi la
totalidad del globo. Sin ser algo voluntario, pues es un texto puramente
americano y escrito hace décadas, puede extrapolarse sin problema a cualquier
otro país y a nuestra época.
Brillan
Emma Suárez y Maribel Verdú en sus respectivos y completamente opuestos
personajes. La primera está perfecta en su Wanda, con estudiadísimos
movimientos y casi inagotables recursos en la voz. Convierte en exquisito un personaje
que en otras manos sería un mero adorno. La segunda compone una Carla muy
correcta, de mil matices, aunque puede que lo que no ayude al personaje sea el
propio texto. Dotar de esas profundas reflexiones a un papel así no parece lo
más acertado.
Es
el Sparger de Fernando Cayo quien roba la función, con una fuerza y presencia
escénicas como pocas veces se han visto. Incluso se atreve en ocasiones a
interactuar con el público en pasajes parcialmente improvisados. Sin duda un
grande de nuestras tablas.
Ariadna
Gil parece todavía algo despistada y monocorde con su personaje. Se notan los
rasgos más superficiales de la rabia e impotencia que escondían algunos hippies
bajo esos halos de felicidad, pero no agarra a Rona con fuerza todavía. Algún despiste
con el texto totalmente excusable tampoco le sirve de mucha ayuda. Álex García
tiene el personaje menos lucido pero no desentona en absoluto su Mark en ese tándem
de maestros de los que ha tenido la suerte de estar rodeado.
Con
un decorado muy atractivo visualmente y una introducción sonora aceptable
(quizá demasiado larga) que pone al espectador en situación, hablamos de una
obra de calidad, tanto de contenido como de ejecución. Da que hablar sobre el
tema una vez termina y es eso lo que ha de buscar todo montaje, aunque cierto
es que para ser uno de los estrenos más esperados de la temporada, deja algo
frío al personal.
“Los
hijos de Kennedy” acaba de estrenarse en el Teatro Arriaga de Bilbao, y tras
ella realizó una pequeña escala de dos funciones en el Gayarre de Pamplona,
para viajar después directamente al Cofidis de Madrid, donde se representará a
partir del próximo 16 de octubre.
Valoración:
3,5/5
“Los
hijos de Kennedy”, de Robert Patrick. Reparto: Emma Suárez, Maribel Verdú,
Fernando Cayo, Ariadna Gil, Álex García. Dirección: José María Pou. Duración:
100 minutos.
Teatro
Gayarre, 4 de octubre de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario