Los
años pasan para todos. Hay quien lleva mejor la situación y a quien le supera. Básicamente
ésta es la premisa de “Taitantos”, la última comedia estrenada en el madrileño
Teatro Lara. La función es un monólogo protagonizado por la conocida actriz Nuria
González, y está cosechando tantos éxitos que, de momento, permanecerá en
cartel todos los fines de semana hasta mediados de octubre. Puede que sea la mejor
comedia del verano, aunque por desgracia, sólo se representa tres veces por
semana (viernes 22h, sábados 23h,
domingos 21h).
El
personaje protagonista es Susana Duarte, una “cuarentona” (sin ofender) segura
y decidida, creedora de poseer las riendas de su propia vida y de su videoblog
de moda, que ya cuenta con miles de seguidores. Sin embargo, un comentario, una
palabra y mal escrita, saca a la superficie todos esos miedos que, aunque
vestidos de nuevos, permanecían enterrados durante toda una
vida.
“Taitantos”
es un monólogo bien escrito, con muchísimos puntos fuertes. Sin embargo, no
luciría lo mismo si no lo condujera la intérprete que lo hace. No desvelaremos
más porque se trata de una obra tremendamente divertida y que hay que ver, una idea
quizá poco innovadora pero llevada a cabo de manera novedosa, y sobre todo una
transformación de Nuria González encima del escenario en el que parece un papel
hecho a medida. Más aún cuando, seguramente, la composición del mismo haya
resultado más complicado para ella que para otra actriz algo más atractiva. Aun
así, consigue que todo sea plausible y creíble, y nos recuerda a la convincente
Martha de Carmen Machi en “Quién teme a Virginia Woolf” (pronto en una rápida gira)
y aquella escena en que seduce al nuevo compañero de su marido.
Tuvimos
la suerte de asistir a dos funciones de la obra. Es algo que no suele verse,
pero en esta ocasión pudo claramente experimentarse la magia del teatro, del
directo. Cómo una misma pieza puede adquirir un enfoque casi opuesto, verse
desde un prisma completamente distinto. Y al tratarse de un monólogo, las
diferencias se realzan. Es una sola persona quien manda, quien lleva el timón,
y puede tomar las curvas más abiertas o más cerradas, conducir pausadamente o
sin aliento. En la segunda función, con el teatro rebosante, primó la
interacción entre público-intérprete y el ritmo casi cardíaco pero controlado,
mientras que en la primera, el monólogo se llevó a cabo como probablemente se
había pensado de partida. Poder hacer eso, y verlo, es fantástico.
El
decorado es suficiente y muy correcto, sobrio para no robar la atención a la
historia, y cómodo para la intérprete, ya que durante una serie de
pasajes de vídeo –divertidísimos- la actriz ha de cambiar su vestuario en
varias ocasiones.
En
resumen, se trata de una función muy divertida y dinámica
(estupenda mano de Cote Soler) sin dejar un momento de respiro al espectador, y
sobre todo con una Nuria González que rebosa energía y un saber hacer sobre las
tablas que pocas veces se han visto. Para que una sola persona mantenga un
patio de butacas lleno durante hora y media consiguiendo que nadie pierda la
atención, y que sea capaz de hacer un mundo distinto de cada función, hay que
ser muy bueno. Si no la obra, la actriz merece que esta función se contrate por
un teatro en horario continuo, con sus siete u ocho funciones por semana. Muy recomendable.
Valoración:
4/5
“Taitantos”,
de Olga Iglesias. Intérprete: Nuria González. Dirección: Cote Soler. Duración:
90 minutos.
Teatro
Lara, 4 y 9 de agosto de 2013.
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