El
antiguo Teatro Lara madrileño está ofreciendo últimamente jugosas novedades
tanto en su formato off como en funciones adicionales, además de su propuesta principal,
el exitazo “Burundanga”, que cuenta ya la friolera de tres años ininterrumpidos
en cartel y más de 750 funciones. A ésta se le han sumado en los últimos meses,
entre otros, la divertidísima “Taitantos”, que comienza este próximo enero su
gira nacional, el musical “La llamada”, ganador de múltiples premios en los
últimos Broadway Awards, “Las heridas del viento” (que nos quedaremos con las
ganas de ver) y “Los miércoles no existen”, una curiosa propuesta basada en dos
repartos distintos para una misma obra.
Cuando
la necesidad aprieta, se han de buscar alternativas. Es conocido el mundo de los
“swings” o “covers”, actores que remplazan a los “cabezas de cartel” si es
necesario, generalmente en musicales de largo recorrido. En esta ocasión, dos
repartos corales de seis actores cada uno se turnan en las representaciones de
una función que sólo se ve una vez por semana. Esto es un reclamo innegable,
pues si no es la primera vez que sucede, pocas veces se ha visto, y da gusto
ver el teatro siempre lleno.
Sin
embargo, toda la curiosidad que suscita la premisa desaparece vistas un par de las
diez escenas que forman la obra; algunas siguen una línea argumental, y en contadas
ocasiones los personajes cambian, sin seguir un orden temporal. Desconocemos si
esto responde a una necesidad dramatúrgica (probablemente no) o a un capricho
del autor (probablemente sí). Básicamente, hablamos de una comedia romántica
cuyos temas principales son la pareja, los desencuentros amorosos, embarazos, amistad,
sexo… no mucha novedad, y poco aprovechada.
Lo
mejor de la función (con el reparto A) son algunas de las interpretaciones. La
vis cómica de Gorka Otxoa y William Miller roba sin esfuerzo innumerables carcajadas
del patio de butacas, y la encantadora Diana Palazón muestra de nuevo su saber
hacer en algo que poco tiene que ver con su personaje en la todavía en cartel “La
dama duende” (lástima la poquita voz). Los demás construyen personajes
creíbles, pero pasan sin pena ni gloria.
Otro
de los puntos a favor de “Los miércoles no existen” es la incorporación del
pasillo del patio de butacas como continuación del escenario en la acción. Varias
de las escenas comienzan o culminan en ese pasillo, lo cual otorga mucho
dinamismo a las historias. Sin embargo, un texto mal hilado no se salva por la
incorporación de música, bailes o múltiples guiños; si no hay buen cimiento, la
torre se tuerce.
Lo
demás es simplemente correcto. La escenografía ha de adaptarse al escaso
espacio con el que cuenta y funciona. En la elección de vestuario no han
perdido mucho tiempo, pero tampoco era necesario y da el pego. Sin embargo, la
música entre escenas, aunque bien elegida, desde luego no está bien
interpretada y saca de la historia. Quizá bastase para una función en el hall
del Lara, pero no nos parece suficiente material para su escenario principal (por
haber, no hay ni programa de mano).
En
resumen, se trata de una comedia entretenida, de gag fácil y trillado y de
corte casi cinematográfico, que promete más de lo que da, y cuya duración es
excesiva (con hora y media habría sido más que suficiente). Si bien es cierto
que el público responde entusiasta a la propuesta y que le quede largo
recorrido, son las interpretaciones lo que salva un texto que en otras manos no
habría por donde cogerlo.
Valoración:
2,5/5
“Los
miércoles no existen”, de Peris Romano. Reparto: Gorka Otxoa, William Miller,
Diana Palazón, Eva Ugarte, Luis Callejo, Irene Anula. Dirección: Peris Romano. Duración:
125 minutos.
Teatro
Lara, 26 de diciembre de 2013.
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